Aunque te parezca irreal, sacado de un episodio de “Black Mirror” o simplemente “mindblowingly impossible”, tengo que decirte que es bien real.
Un grupo de científicos de Harvard pudieron almacenar un GIF en el genoma de la bacteria E.coli… sí, esa misma bacteria que se encuentra en el mismo lugar donde estás pensando pero que también es responsable del desarrollo de insulina, antibióticos entre otros medicamentos clave para la existencia de la raza humana.

Ahora, vamos a lo que vinimos; ¿cómo fue posible que estos genios almacenaran una serie de imágenes cortas y repetitivas que, gracias a los adelantos tecnológicos, hoy día conocemos comunmente como GIFs?
Bueno, tal como se detalla en la revista científica “Nature”, los científicos insertaron cinco cuadros de 32×26 pixeles en el ADN de estas bacterias mediante unos genes llamados CRISPR (por sus siglas en inglés). El CRISPR es una molécula que, en algunos microorganismos, funciona como mecanismo de defensa en contra de ataques de virus y otro tipo de enfermedades. La imagen elegida para este experimento, que podría significar el comienzo de muchos adelantos, lo fue la del caballo con el jinete de Eadweard Muybridge, uno de los desarrolladores más importantes del la técnica “stop-motion”.

Se preguntarán, ¿para qué sirve todo esto? Esto se hace con miras a poder recopilar información de lo que sucede en un ambiente cercano e inmediato, la esperanza es que, en un futuro, este sistema sirva para almacenar eventos importantes que suceden a lo largo de la historia. Quien sabe si algún día esta tecnología nos permita almacenar fotos, videos y memorias importantes en nuestra propia piel. ¿Se vería como un tatuaje? Who knows…